la
pieza astillosa no sabe, lijar y limar es el percal
(la
que se esparrama no se asemeja a la que flota en el agua)
así
pues las conversaciones con otros surgieron del cielo rojo para evitar los
cargos potencialmente asesinos de la institutriz que con sus tetas eternas nos
dio de mamar leche podrida
la
pequeña plebeya realizó el genuino corte grosero, tópico de su actitud ingenua
pero sabida de servidumbre al encuentro de su feudataria
y
la leche se tornó más amarga
/calostro almendrado
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