4.10.12

_me gustan los olores petulantes siempre y cuando provengan de la pulsión


en el urinario descubrí la imagen iluminándome entera, en el fondo del desagüe encontré un gnomo peludo con traje de pingüino perolando una serie de extraños llamamientos que se confundían con el ruido de la cadena, más tarde logré desmembrar las tuberías del bidet pero se me adelantaron los lagartos, de repente surgió como venida de la nada una lluvia dorada, más veces se me había aparecido, de hecho, era agradable verla en todo su esplendor ya que eso significaba que estaba fuera el temor, la lluvia no tenía la altivez insípida de la mierda, la recibí con el orgullo propio de su ama de llaves y castigué la espalda con candados de puertas viejas de poblado ya que a través de las cerraduras el que cree no debe ver la inmensidad, ello está más allá de quien sólo mira, y el vomitado vuelve al esófago, tierno torrente de tropezones cuelgan de mi boca hacia la cabeza y resbalan por todo el cuerpo


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