21.12.12

conejo frustrado



visualizando aquella tarde-noche puedo comprobar que en cuanto se empiezan a hacer cosas interesantes es el asistente el que se vuelve predominante, previamente se mantiene intacto ante todo aquello, como si lo único que debiera hacer es mirar, y si le das el cuchillo estás perdido, olvídate del trabajo, a quien no nació para atender no se le puede pedir peras
y una piel fatalmente curada, tal que el cartón para usar de caja, peor, da miedo cortarla no siendo que se quebrante en pedazos y se vaya la suavidad superior por el retrete, incluso el pelo no tiene la misma calidad inicial, creo que incluso a perdido volumen o aquel carácter espeso del principio, sólo vale para colgar de la pared y recordar riendo el desconocimiento del que somos propensos
al menos el chaleco hizo efecto

menudo asistente... esperemos que para el cabrón sea yo la asistente de alguna vieja zorra o zorrón, todo queda entre animales


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